Las fisuras anales, al contrario que las hemorroides, se caracteriza por un dolor intenso que el paciente describe como “cristales clavados” o “puñalada”.
Se produce habitualmente tras un esfuerzo defecatorio, por lo que frecuentemente está relacionada con el estreñimiento.
También está descrito, y así lo vemos en la práctica clínica, que puede producirse tras un esfuerzo físico, sobre todo deportivo, como por ejemplo el ciclismo, o laboral, en personas que levantan cargas pesadas o bien que pasan muchas horas sentados, de forma ininterrumpida, siendo una patología típica de conductores profesionales.
La fisiopatología de la fisura se relaciona con la hipertonía del esfínter anal interno. Cuando este músculo no se relaja durante la defecación se desgarra por ciertas zonas más débiles y peor vascularizadas. Si la situación se perpetúa, en cada esfuerzo defecatorio se produce un nuevo desgarro, de tal manera que la fisura acaba cronificándose.
Puede tratarse médicamente y obtener rápida mejoría, al menos del dolor lacerante, si bien es cierto que tienen mucha tendencia a recidivar por lo que, finalmente, suelen requerir tratamiento quirúrgico. Se trata de una cirugía sencilla y muy eficaz con un postoperatorio excelente. Se realiza con anestesia general, en régimen de cirugía mayor ambulatoria, no precisa curas más que algunas pautas de higiene que se siguen fácilmente en domicilio y dos o tres visitas para control por parte del cirujano. Normalmente los pacientes pueden incorporarse a su actividad habitual en dos o tres semanas,
No obstante, como en toda la patología proctológica, es muy importante actuar a largo plazo sobre los hábitos defecatorios y sobre el ritmo intestinal; de lo contrario no es infrecuente que los pacientes que han sufrido una fisura puedan presentar a medio plazo otras complicaciones debidas al estreñimiento.
También es recomendable, como hábito saludable, evitar estar sentado demasiadas horas de forma ininterrumpida y aprender ejercicios de relajación de suelo pélvico que ayudan a evitar las contracturas de la musculatura esfinteriana.
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Pacientes con Fisuras Anales